Desde 1983, las modificaciones económicas y políticas que se llevaron a cabo durante la dictadura confrontaron directamente con la resistencia y la movilización social, por lo que comenzó a existir una fuerte oposición al régimen. Esta tendencia condujo a la celebración del plebiscito de 1988 y la victoria de la opción “NO”, que suponía el establecimiento concreto de plazos para poner fin a la dictadura.
Como consecuencia, se celebró nuevamente el 30 de julio un plebiscito con la intención de que la ciudadanía votase acerca de la posibilidad de llevar a cabo reformas en la Constitución para garantizar la futura gobernabilidad democrática. Así, el 14 de diciembre de 1989 se celebraron las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias, y fue elegido presidente el candidato demócrata cristiano Patricio Aylwin de la Concentración de Partidos por la Democracia.